En la biblia existen innumerables acontecimientos donde se prueba la fidelidad de Dios. ¿Qué es lo que sabemos acerca de la fidelidad de nuestro Señor? Probablemente lo que escuchamos en la iglesia, o de nuestros amigos cristianos; frases típicas como ¡Dios es fiel! ¡El Señor cumple sus promesas! Y cosas por el estilo… pero ¿te has puesto a pensar en el peso que toma la palabra fidelidad cuando viene de parte del Ser Supremo?, ¿has experimentado esa relación única con el Padre?
El jueves pasado estaba en el hospital El Pino haciendo una entrevista a un paciente “vangélico” (como me dijo él), Don Orlando de 76 años, un caballero súper simpático con una fe tremenda. El estaba internado por un problema al pulmón, pero en un momento le dijo a mi tutora: “Doctora, Dios es fiel, y Él va a hacer que me den el alta mañana”. Seguí haciendo mi entrevista clínica cuando me interrumpe la médico tratante del paciente y dice “Don Orlando, usted ya está bastante bien así que le vamos a dar el alta hoy”… ¡yo no pude quedar más impactado!
Esto me llevó a pensar, con cuanta fe retribuimos nosotros la fidelidad de Dios. Tener fe en Él es a la vez mostrar obediencia y gratitud. Su fidelidad, es inmensa, incomparable y sobrepasa nuestro limitado entendimiento de hombre; sus designios van más allá de lo que nosotros podemos apreciar, esto nos puede llevar a creer que a veces nuestro Señor nos ha dejado un poco de lado; ¡Pero Él está siendo fiel incluso cuando nosotros creemos que nos está jugando chueco a propósito! Aún habiendo entendido esto, nosotros no siempre somos capaces de corresponder su fidelidad como nuestro Señor quisiera… si Dios hace todo en amor para nosotros, desde darnos abrigo y alimentos hasta regalarnos bendiciones inmerecidas… ¿se merece menos que nuestra fidelidad incondicional, eterna gratitud, fe y sincera obediencia?
Ojalá tuviéramos la fidelidad de confiar en Dios como Don Orlando, que aún siendo un ancianito enfermo, no deja de creer ciegamente en lo maravilloso de nuestro Dios. Los animo a buscar retribuir la fidelidad del Señor con nuestra fe, en cada cosa que hagamos… es lo que Él espera de su novia amada, una fidelidad acorde a la que Él nos brinda
Si fuéremos infieles, él permanece fiel; el no puede negarse a Si mismo.
2ª Timoteo 2:13
Arturo Ramírez
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