Reciprocidad en Fidelidad

•18 noviembre 2009 • Deja un comentario

En la biblia existen innumerables acontecimientos donde se prueba la fidelidad de Dios. ¿Qué es lo que sabemos acerca de la fidelidad de nuestro Señor?  Probablemente  lo que escuchamos en la iglesia, o de nuestros amigos cristianos; frases típicas como ¡Dios es fiel! ¡El Señor cumple sus promesas! Y cosas por el estilo… pero ¿te has puesto a pensar en el peso que toma  la palabra fidelidad cuando viene de parte del Ser Supremo?, ¿has experimentado esa relación única con el Padre?

El jueves pasado estaba en el hospital El Pino haciendo una entrevista a un paciente “vangélico” (como me dijo él), Don Orlando de 76 años, un caballero súper simpático con una fe tremenda. El estaba internado por un problema al pulmón, pero en un momento le dijo a mi tutora: “Doctora, Dios es fiel, y Él va a hacer que me den el alta mañana”.  Seguí haciendo mi entrevista clínica cuando me interrumpe la médico tratante del paciente  y dice “Don Orlando, usted ya está bastante bien así que le vamos a dar el alta hoy”… ¡yo no pude quedar más impactado!

Esto me llevó a pensar, con cuanta fe retribuimos nosotros la fidelidad de Dios. Tener fe en Él es a la vez mostrar obediencia y gratitud. Su fidelidad, es inmensa, incomparable y sobrepasa nuestro limitado entendimiento de hombre; sus designios van más allá de lo que nosotros podemos apreciar, esto nos puede llevar a creer que a veces nuestro Señor nos ha dejado un poco de lado; ¡Pero Él está siendo fiel incluso cuando nosotros creemos que nos está jugando chueco a propósito! Aún habiendo entendido esto, nosotros no siempre somos capaces de corresponder su fidelidad  como nuestro Señor quisiera…  si  Dios hace todo en amor para nosotros, desde darnos abrigo y alimentos hasta regalarnos bendiciones inmerecidas… ¿se merece menos que nuestra fidelidad incondicional, eterna gratitud, fe  y sincera obediencia?

Ojalá tuviéramos la fidelidad de confiar en Dios como Don Orlando, que aún siendo un ancianito enfermo, no deja de creer ciegamente en lo maravilloso de nuestro Dios. Los animo a buscar  retribuir la fidelidad del  Señor  con nuestra fe, en cada cosa que hagamos… es lo que Él espera de su novia amada, una fidelidad acorde a la que Él nos brinda

 

Si fuéremos infieles, él permanece fiel; el no puede negarse a Si mismo.

2ª Timoteo 2:13

Arturo Ramírez

Fidelidad

•17 noviembre 2009 • Deja un comentario

Lectura: 2 Reyes 2:4

Y Elías se volvió a decir: Eliseo quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó, y el dijo: Vive Jehová y Vive tu alma, que no te dejare!
Dentro de este relato hay una frase muy potente: “QUE NO TE DEJARE” además se trata de una declaración que se repite dentro del desarrollo del pasaje…
Esto implica actitud y decisión, conceptos que en nuestra comunidad son dejados de lado a la hora de actuar en ciertas circunstancias. La decisión que se ha determinado de no abandonar o renunciar a alguien o a algo. Es como decir digas lo que digas no cambiaré de opinión. “Tú me dices que te dejé solo”, pero yo quiero acompañarte en tu batalla, no te abandonaré cuando más me necesitas.
Cuántas veces le hemos dicho al Señor, “no te dejaré” y cuántas veces le hemos fallado y hemos sido desleales. Porque ante la primera situación queremos desertar al cristianismo y todo lo que . Porque ante la presión es más fácil salir corriendo atemorizados. Analizaba yo que existen personas que dejan a Dios ante la más mínima prueba. Cuando las cosas no resultan como ellos esperaban, abandonan. Cuando no pueden comprender que una decisión no haya salido a favor suyo, dejan todo. Cuando Dios no le contesta la petición o respuesta que ellos quieren, se enojan como niños malcriados y montan pataleta.
Existe también otro “no te dejaré”, pero este es diferente. “No te dejaré si no me bendices”, fue la frase que de alguna manera hizo que se le otorgará una bendición a Jacob de parte del ángel de Jehová”. No te dejaré implica entrega, voluntad, sacrificio, disposición. Quiere decir que lucharas hasta alcanzar aquello que tanto deseas en tu corazón.
Cuántos en el camino te han dicho que nunca te dejarán y con el pasar del tiempo te han fallado. Pero si meditas el único que siempre ha permanecido fiel a ti ha sido el Señor. Él ha sido el guardián en medio de tu oscuridad y tu sostén cuando has enfrentado la prueba. Dios ha sido tu escudo y también tu escondedero. “No te dejaré”, envuelve fidelidad, certeza, convicción y confianza. Prometes estar con esa persona contra viento y marea, más allá de toda circunstancia.
Muchas veces somos fieles a nuestros padres, hijos, amigos, esposos, esposas, trabajos, asociaciones, ideales, etc., pero la pregunta es: ¿Estamos siéndole fiel a Dios? Nosotros contamos con él para cualquier cosa cuando tenemos problemas y dificultades, pero, ¿él puede contar con nosotros de igual forma? ¿Dios puede decir de nosotros que no le dejaremos, que no le abandonaremos cuando más nos necesita trabajando en su obra?
Esto lo dejo en tu conciencia para tu reflexión personal.
Roguemos a nuestro Dios que nos de la fidelidad necesaria para con él, el dice en su palabra que el que tiene falta o necesidad de algo solo pida en oración y ruego…. Quiero estar un día ante el trono del Señor y que me diga: “Ven hijo(a), por cuánto tú no me abandonaste aún en medio de las tentaciones y momentos difíciles que vinieron a tu vida, yo tampoco te abandone. Entra en el gozo de tu Señor”.

Rodrigo Nuñez

Dios siempre es Fiel

•16 noviembre 2009 • Deja un comentario

Lectura: Marcos 11:20-26

Algunas de las palabras de Jesús a Sus discípulos acerca de tener fe en Dios me hacen preguntarme si alguna vez puedo ejercitar ese nivel de confianza en oración. No puedo recordar que le haya dicho a un monte que se plante en el mar y que lo haya visto suceder. Hudson Taylor, pionero de las misiones a China, dijo que las palabras de Jesús en Marcos 11:22, «tened fe en Dios», podrían traducirse como, «aférrense a la fidelidad de Dios».

D. Martyn Lloyd-Jones, ex pastor de la Capilla de Westminster en Londres, apreció la perspicacia de Taylor y dijo: «La fe se aferra a la fidelidad de Dios y, mientras hagamos eso, no podemos equivocarnos. La fe no mira las dificultades … La fe no se mira a sí misma o a la personas que la ejercita. La fe mira a Dios … La fe está interesada sólo en Dios, y habla acerca de Dios y alaba a Dios y ensalza las virtudes de Dios. La medida de la fuerza de la fe de un hombre, siempre es, en última instancia, la medida de su conocimiento de Dios … Él conoce a Dios tan bien que puede descansar en dicho conocimiento. Y son las oraciones de dicho hombre las que son contestadas».

«Para siempre, oh SEÑOR, Tu palabra está firme en los cielos. Tu fidelidad permanece por todas las generaciones» (Sal. 119:89-90).

La vida no es siempre justa, pero Dios siempre es fiel.

La Fidelidad De Dios

•15 noviembre 2009 • Deja un comentario

fidelidad de DiosLectura Job 1: 1-22

Hay momentos en la vida que nos encontramos en situaciones que son difíciles y complicadas de entender y resolver. Muchas de esas situaciones nosotros mismos nos hemos encargado de provocarlas o simplemente debemos pasar esa prueba para entender y crecer en el conocimiento de lo que el Señor quiere de nuestra vida.

Y son precisamente en esos momentos que surgen sentimientos de desesperación, de frustración, de angustia, al darnos cuenta que nuestra debilidad es tanta, que nosotros solos no podemos.

Y vamos a nuestro Dios que a pesar de encontrarnos en dificultad debemos buscarle y alabarle, ir a su palabra y aferrarnos a sus promesas porque él es fiel y justo.

-Jeremias 29:12-13

-Jeremias 33:3

-Isaías 41:10

-Isaías 59:21

Son algunas de tantas promesas que el señor nos tiene y también de revisar los ejemplos que encontramos en la biblia, mujeres y hombres que tenían su convicción tan clara del Dios en quien creían y servían. Y uno de esos es Job, un caballero y héroe de la fé. A quien le sucedieron tantas cosas, tuvo perdida de sus seres queridos, perdidas materiales.

 Aún así dijo Job 1: 20-21:

“Entonces Job se levanto y rasgo su manto, y rasuró su cabeza, y se postro en tierra y adoró

Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allí.

Jehová  dio y Jehová quitó sea el nombre de Jehová bendito”.

Dios nos bendiga y nos de fuerzas cada día en cualquier circunstancia.

 

Cecilia Flores

Vivir Sabiamente

•13 noviembre 2009 • Deja un comentario

Confiando en DiosLectura: Nehemías capítulos 1 y 2

Nehemías es un libro que se conoce principalmente por la reconstrucción de los muros de Jerusalén, ¿verdad? Pero Dios hoy reveló a mi vida que en la historia de Nehemías, aunque no aparece en ninguna parte, es el reflejo claro de lo que se dice en Proverbios acerca del hombre que teme a Jehová, lo que constituye el principio de la sabiduría.

A pesar de la crítica y el escenario desfavorable, Nehemías fue un varón que confiaba y temía plenamente en Dios. El hizo tres cosas muy interesantes:

a)    se humilló y rogó a Dios, él supo de inmediato que por sí solo no podría llevar a cabo toda esa obra. Es el primer indicio de actuar sabiamente.

b)    Se presenta ante el rey, e intercede por su ciudad natal, obteniendo del rey no solo permiso, sino además ayuda.

c)    Se decide y anima a sus hermanos a poner manos a la obra, les comparte como Dios ha provisto para llegar donde están… y comienzan a trabajar.

Así como Nehemías, Dios desea vernos reaccionar frente a cada una de las pruebas, luchas y desafíos que enfrentamos a diario.

Él desea que estemos viviendo sabiamente, temiéndole y confiando plenamente en su poder y amor hacia nosotros.

Leslie Oliva

Una Palabra de los Sabios

•11 noviembre 2009 • Deja un comentario

untitledSantiago 3:1-12

Santiago, una «columna» en la iglesia primitva (Gál. 2:9), reconocía el gran poder destructivo de una lengua descontrolada. Él no era el único que pensaba así. Hombres y mujeres en muchas culturas nos han advertido acerca de la necesidad de guardar nuestro hablar. Estos pequeños versos de autores desconocidos lo dicen bien:

«La lengua deshuesada, tan pequeña y débil, puede aplastar y matar», declaraban los griegos.
El proverbio persa sabiamente rezaba: «Una lengua larga, una muerte prematura». Algunas veces toma más bien esta forma: «No dejes que tu lengua te corte la cabeza».
Mientras, los sabios árabes imparten esto: «El gran almacén de la lengua es el corazón».
Del ingenio hebreo salta esta máxima: «Aunque los pies resbalen, no dejes que la lengua lo haga». Un versículo de las Escrituras corona todo esto: «El que guarda su lengua guarda su alma».

¿No es perfectamente lógico que Santiago comparara la lengua con un pequeño fuego que pone un gran bosque en llamas, o con un timón muy pequeño que entrega un poderoso barco a la tormenta? (Santiago 3:4-6)

Oh, Señor, ayúdanos a aprender una lección de los sabios. Ayúdanos a contener nuestra lengua y a no dejarla resbalar. __ HR

Reflexión: Sabia es la persona que sabe qué decir y cuándo decirlo.

LA SABIDURIA: Un trozo de Su semejanza en nosotros

•11 noviembre 2009 • Deja un comentario

sabiduriaEclesiastés 12: 13 – 14

Una de las historias más hermosas y apasionantes que he podido leer e imaginar en la vida es la historia de Salomón, el hijo del Rey David (2° Samuel 12:24). Ya su sola concepción y nacimiento constituye todo un relato, pero de algún modo Dios se agradó de Salomón.

La teología tradicional nos diría que Dios todo lo conoce… incluso lo que emana desde nuestro corazón hasta nuestra boca, transformándose en palabras. Pero… ¿qué le pidió Salomón a Dios? Dios mismo se sorprende de su petición. Ni riquezas, ni Gloria, ni prosperidad, ni la vida de los que podrían causarle problemas. Guau.

¿No es acaso lo que buscamos con tanto afán?

Bueno, lo que más me asombra es que de boca del mismo Todopoderoso es declarada esta afirmación “Sabiduría y Ciencia te son dadas, y también te daré riquezas y gloria” (2° Crónicas 1: 11 – 12).

Entonces Salomón, al final de sus largos y agitados días, cuando está por cerrar la edición final del libro de Eclesiastés, nos revela ese trozo de semejanza de Dios que habita en nosotros. Él nos hereda la más valiosa de las frases jamás computadas por su cerebro, único en toda la historia de la raza humana, el más sabio, el mejor.

“El fin de todo el discurso oído es éste: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”.

¿Te dice algo? ¿Qué es la vida, además de lo que tú y yo vivimos a diario?

¿Trabajo, estudios, planes, vacaciones, ampliaciones, cambios de look, cambio de auto? ¿Qué hay con la sabiduría?

Aquí está el consejo. Teme a Dios, y guarda sus mandamientos… de eso se trata la sabiduría.

Benjamín Roa

Ama a Dios y haz lo que quieras

•9 noviembre 2009 • Deja un comentario

P4270156Lo primero que se me viene a la mente cuando escucho o leo la palabra sabiduría es, inteligencia, o experiencia e incluso vejez (sin ofender a los presentes jejeje).

Sabemos que por lo general las personas de más edad, ya  adultas, tienen una ventaja por sobre los adolescentes y nosotros los jóvenes. Esa ventaja es precisamente los años de vida que ellos tienen respecto a nosotros. Años llenos de diferentes vivencias, alegrías, frustraciones, tensiones, de mucha adrenalina, haber estado entre la espada y la pared, sucesos que otorgan finalmente en la persona el título de sabio.

Ahora bien, si buscaras en un diccionario la definición de sabiduría lo más probable es que encuentres algo como “prudencia”, “cuidado en el comportamiento al conducirse en la vida”, “comportamiento prudente en la vida”, “discernir entre lo bueno y lo malo”, etc.

Pero la pregunta es, ¿Qué es lo prudente? o ¿Qué es bueno y malo?

Claramente, lo prudente, lo bueno o lo malo para un cristiano no es lo mismo que para un no cristiano.

Como hijos de Dios tenemos una gran y única fuente de conocimiento de El, que es la Biblia. En la cual, por medio de la lectura y el estudio nos enteramos de sus mandamientos y estatutos. Como por ejemplo; No tendrás Dioses ajenos, Honra a tu padre y a tu madre, No cometerás adulterio, entre otros (Éxodo 20).

Pero, ¿Qué sucede cuando nos enfrentamos en la vida a circunstancias y desiciones en que no hay una orden directa?, ¿Qué haces cuando no hay una orden específica en la Biblia que determine tu desición?

Cuando no hay una orden, Dios nos da la libertad de escoger. Libertad que va juntamente con una RESPONSABILIDAD.

Jesús ordenó a sus siervos a que fueran sabios: << Sean astutos como serpientes>> (Mateo 10:16). Los apóstoles demostraron sabiduría al tomar desiciones: <<Pensamos que era mejor>> (1 Tesalonicenses 3:1). Los apóstoles mandaron a los creyentes a usar la sabiduría al tomar desiciones <<Compórtense sabiamente>> (Colosenses 4:5).

La orientación de Dios según el camino de la sabiduría puede resumirse en cuatro frases:

– Cuando Dios ordena algo debemos obedecer.

– Cuando no hay una orden. Dios nos da la libertad (y la responsabilidad) de escoger.

– Cuando no hay una orden Dios nos da sabiduría para elegir.

– Cuando hemos escogido lo que es moral y sabio, debemos confiar en que el soberano Dios hará que todos los detalles obren para bien.

El cristiano sincero y comprometido a glorificar a Dios por medio de las desiciones sabias, necesita dar respuesta a otra interrogante: ¿Cómo obtenemos la sabiduría requerida para tales desiciones? La respuesta bíblica para esa interrogante tiene varias partes; pero la verdad principal es que la sabiduría la obtienen de Dios los que la buscan.

A los que me aman les correspondo;

A los que me buscan me doy a conocer (Proverbios 8:17)

La actitud de un cristiano debe reflejar, antes que nada, su conciencia de que ningún hombre (incluso él) es sabio por naturaleza (Proverbios 3:7). Y que solo puede adquirir sabiduría proveniente de Dios (Proverbios 2:6).

 

Así que, Dios garantiza sabiduría a quienes manifiestan ciertas características espirituales:

Reverencia a Dios à “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. Proverbios 9:10.

Humildad à “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Más con los humildes está la sabiduría”. Proverbios 11:2.

Disposición por aprender à “El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará”. Proverbios 15:31.

Diligenciaà”Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan”. Proverbios 8:17.

Rectitud à “El provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente”. Proverbios 2:7.

En lo personal una de las características que más me cuesta es la humildad. Creo que en muchas ocasiones caigo en la soberbia, jactándome de mis “increíbles” y “sabias” desiciones, pero finalmente me doy cuenta que si desde mi corazón y mi mente no reconozco que es Dios la única fuente de sabiduría para mi vida, seguiré tomando malas y tristes desiciones.

Que el Señor les bendiga y los llene de sabiduría.

 

Atentamente, un necio.

 

Estebán Zambrano Leiva

Sabiduría a la Mano

•9 noviembre 2009 • Deja un comentario

P7120048 Lectura: Proverbios 8:10-14

 

La sabiduría es una meta que anhelamos, más aún como hijos de Dios deseamos tener aquella sabiduría que vemos a través de la Biblia, existen muchos libros seculares referentes a este tema con claves o secretos para poder alcanzarla. A lo largo de mi vida he visto como muchas decisiones en las cuales la sabiduría no ha sido protagonista trae como consecuencia dolor y caos, pero ¿cómo ser sabios?, ¿cómo poder tener las respuestas precisas para situaciones o decisiones de nuestra vida y de los demás?

Desde el principio de la creación podemos ver que Satanás tentó a Eva diciéndole que comiera del árbol porque serian abiertos sus ojos y sería como Dios, sabiéndolo todo y hoy podemos ver que usa la misma estrategia, creemos que tenemos la solución a los problemas, confiamos tanto en nuestra propia opinión que nos cegamos y nos conformamos con nuestros razonamientos, nos engañamos a nosotros mismos.

Les daré la clave,  si deseas ser una persona sabia esto es lo que debes saber: “El principio de la Sabiduría es el temor de Jehová, buen entendimiento tienen todos lo que practican sus mandamientos”  Salmos 111:10, es tan simple como aferrarnos a nuestro Padre, obedecerle, conocer su corazón, cuando anhelamos conocer más de El  y le obedecemos, en su amor nos revela su voluntad perfecta y esto nos hace ver las cosas con claridad, he conocido hombres y mujeres que admiro por su sabiduría, todos ellos tiene algo en común, todos aman a Dios por sobre todas las cosas y pasan la mayor parte de su tiempo con El, en oración, leyendo, adorando.

Es mi anhelo ser una mujer sabia, una mujer que pueda ser de bendición a quienes me rodean, mi familia, amigos, una mujer que marque vidas, tengo mucho camino por recorrer para lograrlo, le pido a Dios que permita que seamos hombres y mujeres que le amen y que podamos entender que para ser sabios solo necesitamos un corazón dispuesto a obedecer, a negarse a si mismo y atesorar la mayor sabiduría, la que viene de nuestro Salvador.

Bendiciones

Mónica Gomez Medel

Día 40: ¡La Gran fiesta de la Gracia!

•1 noviembre 2009 • Deja un comentario

logo-final-crece“Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho” (Isaías 53:11)

 

Esta porción de la profecía de Isaías siempre ha cautivado mi corazón. Me bendice enormemente el pensar que el Señor Jesús ve desde los cielos el resultado de Su aflicción en ti y en mí, y se siente satisfecho al saber que lo que padeció no fue en vano ¿No es eso maravilloso?

Inevitablemente vuelvo en mi mente a esta porción de la Escritura cada vez que en medio de los cultos de bautismo damos espacio para que la gente cuente cómo Jesús cambió sus vidas. Esos rostros, esas lágrimas, esas realidades transformadas, todo eso no es otra cosa sino el fruto de las aflicciones del Mesías Jesús.

Cuando estamos finalizando esta maratón espiritual de 40 días, en donde muchos de ustedes experimentaron importantes logros en su andar con Dios, es importante recordar que todo tiene que ver con la gracia de Dios. Todo ha sido, es y será obra de la gracia de Dios.

Nada en nosotros, desde nuestro nuevo nacimiento hasta la llenura del Espíritu Santo en nuestras vidas, nada hubiera sido posible a no ser por esas manos clavadas, esa frente oprimida, ese costado traspasado, ese cuerpo sepultado y ese sepulcro vacío.

La Iglesia de Cristo es la expresión viva y concreta de la gracia de Dios.

¿Quién hubiera podido cambiar tantos corazones endurecidos y lastimados, sino el poder de Su gracia? ¿Quién hubiera podido juntar a personas tan diferentes la una de la otra, con pensamientos, formaciones y preferencias tan distintas las unas de las otras, sino el poder de Su gracia?

Nos movemos por Su gracia, y cada logro que alcancemos (y Dios permita que sean muchos logros!) será en Su gracia.

Martín Lutero afirmó: “La teología de la cruz es la teología de la luz”. No hay luz más brillante y majestuosa que la de la cruz, y no hay éxito más rutilante que el obtenido sobre esa cruz. Hasta la consumación de los tiempos nada podrá jamás opacar la gloria de la cruz de Cristo.

“…y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.

Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.” (Ap. 5:8-13)

 

Todo tiene que ver con Jesús. Equipo CRECE: gracias por servir a Jesús en cada detalle de la Campaña. Y a toda ICLAM: gracias por abrazar este desafío y ver el crecimiento como nuestra meta. Jesús ha visto esto y quedó satisfecho.

 

CRECE ICLAM